De hecho, muchos funcionarios y empleados de la compañía temieron por sus puestos de trabajo, ya que McMahon estaba culpando de la baja calificación a su producto, y no a la dura competencia como lo era ese partido de baloncesto.
Vince tenía la impresión de que los Miami Heat no podrían atraer a tanto público y que no eran un equipo 'tan importante'. Además, su sensación era que Indiana no es un mercado importante actualmente, por lo que los Pacers no serían un equipo popular.
Pero al parecer, el Chairman de la WWE se equivocó en todo y el partido alcanzó una de las mejores audiencias, destrozando por completo a Monday Night Raw.