Al acusado se le ordenó pagar un multa de 500 Rand (50 dólares) o, en su defecto, cumplir 30 días en la cárcel. Después de reconocer su ilicitud, el individuo acusado fue condenado a una pena condicional de tres años, y no se le permitirá asistir a los eventos en vivo en Johannesburgo, Sudáfrica.
Para los curiosos, esto finalmente no fue una storyline de WWE. El hombre entró al ring porque quiso y ahora parece estar recibiendo el castigo por ello.